¿Se puede bordar una balada sólo con una guitarra eléctrica? Pues sí. Carlos Santana lo demostró con ‘I love you much, too much’ en 1981, cuando ofreció a sus seguidores una muestra excepcional de su tradicional sonido cálido y excitante. Constituyó un regreso a sus orígenes, con las cuerdas llorando sus famosas notas largas hasta límites inverosímiles que crearon una fascinación irrefrenable.
Las lágrimas que salieron de su guitarra en ‘Te quiero mucho, demasiado’ hacen vibrar hasta las entrañas más pétreas. Porque temas de esta profundidad dejan claro a todos que no es necesaria una letra conmovedora para transmitir sentimientos hacia un ser amado. El amor es música y, como dijo alguien, en la guitarra dos cuerdas del mismo tono vibran a la vez aunque sólo se pulse una.
En este caso es la Yamaha la que dice lo que no se ha podido expresar con palabras. Son las notas que emergen de los dedos del mexicano las que dibujan los sentimientos. Ninguna voz pudieran haberlo hecho igual. Sobran las gargantas y los punteos son latidos de corazón exprimido que escriben un himno de amor, recuerdos, ternura y pasión. Uno de esos temas que hay que escuchar a oscuras, con los ojos cerrados.
Santana se basó en una canción compuesta por los compositores judíos Alexander Olshanetsky, Don Raye y Chaim Towber que fue muy popular en los años cuarenta del pasado siglo, sobre todo en las versión de las Andrew Sisters. Le incorporó su personalidad y su carácter latino.
Pocos, sólo algunos elegidos, encontrarían mejor forma de decir que quieren a alguien. Sentimiento e intimidad en una composición única. Santana siempre ha reconocido que tiene un significado especial para él porque era la preferida de Bill Graham, su desaparecido manejador y mentor.
Se conocieron en el Fillmore. Allí acudía todas las semanas el azteca para ver a Jimmy Hendrix, The Grateful Dead y otros de sus dioses de la guitarra. En cierta ocasión confesó durante una entrevista que pagaba por el primer show y que luego se escondía para quedarse a los siguientes.
VERSIONES
THE ANDREW SISTERS, trío formado por las hermanas estadounidenses LaVerne Sophie, Maxene Angelyn y Patricia Marie Andrews, todas ya fallecidas, se especializaron en swing y boogie-woogie. Lograron numerosos éxitos entre los años treinta y cincuenta. Entre ellos ‘I love you much too much’.
Los mexicanos Israel, Ricardo e Ignacio Flores y su BLUEBERRY TALAVERA realizaron un homenaje a Santana en el festival de Montreal de 2008.
LUIS VERONA Y SU ORQUESTA interpretaban este tema antes que el guitarrista azteca.
El músico estadounidense de jazz y batería GENE KRUPA también dirigió una versión orquestal.
CARLOS SANTANA se crió en los alrededores de la ciudad fronteriza de Jalisco en el seno de un ambiente musical, ya que su padre era violinista de mariachi. Por ello ya desde corta edad tocaba varios instrumentos. Allí dio sus primeros pasos artísticos tocando en bares, pero fue en San Francisco, adonde se trasladó su familia, donde se convirtió en profesional. En California formó sus primeras bandas y fichó por una multinacional discográfica.
Pero su gran lanzamiento tuvo como escenario el famoso festival de Woodstock, escenario en el que por primera vez aireó a los cuatro vientos su maestría con la guitarra al lado de otros muchos grandes del rock. Desde entonces ha protagonizado una evolución constante, sabiendo adaptarse a las distintas corrientes y épocas.
Desde las raíces blues-rock pasó a los aires latinos y al jazz con un sonido único con ritmos calientes, desenfrenados y torrenciales. También labró el rock a principios de los ochenta y luego llegaron a sus cuerdas corrientes esotéricas por la influencia del gurú indio Sri Chinmoy, por quien incluso se cambió de nombre, adoptando el de Devadip.
Su testamento se escribe con temas inolvidables como ‘Europa’, ‘Flor de luna’, ‘Te quiero mucho demasiado’, ‘El farol’, ‘Black magic woman’, ‘Victory is won’, ‘One with you’, ‘Luz, amor y vida’, ‘Wiht you’, ‘Esperando’, ‘Jingo’, ‘No one to depend on’, ‘She’s not there’, ‘Oye como va’, ‘Moonflower’, ‘Samba pa ti’, ‘Hold on’, ‘Havana moon’, ‘Persuation’, etcétera.
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